El siguiente extracto pertenece a la Side Story llamada “Warmth of the Heart”, que originalmente estuvo alojada en la web del autor y que era denominada como EX03. En ella se puede apreciar algunos cambios que fueron realizados para la versión impresa del Volumen 2 de las novelas ligeras.
Esta historia fue adaptada en el capítulo 7 del anime. La historia sirvió como fuente de inspiración para realizar el fanfic llamado, "Warmth of the Body" , el cual fue escrito en parte por un fan de la serie y que fue terminado por el mismo Reki Kawahara.
Diseño original de Lisbeth (Presentado en esta historia)
— Se
siente algo… raro. Como si no estuviera ocurriendo en realidad.
Murmuré mientras tomaba la sopa.
— Venir a un lugar como este por primera vez, y tener que
cenar con alguien que recién conozco.
— Ah, supongo que lo es… ya que eres una jugadora de clase
artesana. Cuando suelo ir a mazmorras, es común hacer grupos imprevistos y
acampar con los jugadores que cruzan por ahí.
— Hmm, ya veo… cuéntame un poco más sobre esas historias
de mazmorras.
— ¿Eh?... está bien. Aunque no creo que sea tan
interesante… oh, antes de eso…
Kirito recogió las dos tasas vacías y el sartén, y las
regreso a su inventario. Continúo manipulando su inventario y materializo dos
grandes paquetes de telas.
Cuando los desenvolvió, note que eran bolsas de dormir
para acampar. Se veían iguales a las del mundo real, solo que más grandes.
— Estos son objetos de alta categoría. Retienen
perfectamente el calor y además traen un efecto de ocultamiento contra
monstruos agresivos.
Kirito me lanzó una de las bolsas con una sonrisa. La
cogí y la desplegué sobre la nieve, parecía que hasta tres personas de mi
tamaño podían caber en ella. Asombrada le dije a Kirito.
— Es sorprendente que lleves estas cosas a todos lados, y
especialmente dos de estos…
— Bueno, de alguna manera tengo que hacer uso del espacio
de mi inventario.
Kirito se quitó fácilmente su equipamiento y se metió a
su bolsa de dormir después de colocar su espada a su lado. Después de él, me
quite mi abrigo y desequipé mi maza, entrando a la bolsa de dormir.
Realmente era un objeto de alta categoría, su interior
era verdaderamente cálido, y mucho más suave y esponjoso de lo que parecía.
Con la iluminación del fuego en el medio, nos separamos a
una distancia de un metro y medio. Aun así, me sentía algo avergonzada.
Para olvidar esta sensación, le hablé de nuevo.
— Oye, sigue contándome sobre lo de hace un momento.
— Ah, claro…
Kirito colocó sus brazos debajo de su cabeza y lentamente
comenzó a hablar.
Me hablo acerca de la vez que fue atrapado por un grupo
de MPK (Monster Player Killer), criminales que juntan monstruos a propósito
para emboscar a otros jugadores, en una mazmorra. También cuando luchó contra
un Jefe con debilidades desconocidas durante dos días enteros. Y la vez que
tuvo que regir piedra-papel-tijera, con cientos de jugadores, para la
distribución de los ítems raros.
Todas sus historias eran emocionantes, agradables, y algo
graciosas. Sus historias también dejaron en claro que Kirito era parte del
grupo vanguardista, aquellos que arriesgan sus vidas en las líneas delanteras.
Pero, si eso fuera así, el destino de cuarenta mil
personas estaría sobre los hombros de esta persona. No debería ser justo para
él, arriesgar su vida por alguien como yo.
Me voltee y miré el rostro de Kirito. Aquellos ojos
oscuros que reflejaban la luz de la fogata me miraron fijamente.
— Oye… Kirito, ¿puedo preguntarte algo?
— ¿Sucede algo?... te veo seria.
Kirito mostro una ligera sonrisa.
— ¿Por qué me ayudaste en ese momento…? No era algo
seguro que tuvieras éxito. Bueno, era más probable de que murieras, así que…
¿Por qué?
La sonrisa de Kirito dejó de mostrarse por un momento, y
respondió con una voz tranquila.
— En lugar de dejar morir a alguien, preferiría morir
junto a esa persona. Especialmente si ese alguien es una chica como tú, Liz.
— Eres realmente un idiota. De seguro no hay otra persona
más como tú.
Eso fue lo que dije, pero… no pude evitar sentir las
ganas de llorar. Sentí algo tenso en mi pecho e intente esforzarme por
controlarlo.
Esa fue la primera vez que escuché palabras ingenuamente
honestas, sencillas y cálidas desde que llegué a este mundo.
Aunque, tampoco he oído esas palabras en el mundo real.
El deseo de compañerismo y el dolor de la soledad durante
estos pocos meses formaron una ola inmensa dentro de mí, que se retorcía en mi interior.
Sentí el deseo de que el calor de Kirito se acercara, lo suficiente para que mi
corazón lo experimentara directamente.
Sin darme cuenta, varias palabras salieron de mis labios.
— Oye… ¿puedo… acercarme… un poco más?
Kirito abrió enormemente los ojos por un momento, y en
poco tiempo sus mejillas se enrojecieron; finalmente comprendí lo que acababa
de decir.
— Bue… Bueno…
Mi rostro se enrojeció instantáneamente. Mi corazón
empezó a latir rápidamente, intentando luchar para mover mis labios, verbalizando
una cadena de palabras irrelevantes.
— Ha... Hace frio… así que…
Pero, justo cuando estaba a punto de continuar de cómo
evitar esta situación, Kirito se movió. Desplazando su cuerpo hacia el otro
extremo de la bolsa de dormir, y murmuró poco después con la mirada hacia
abajo.
— Esta bien…
El lado de Kirito parecía increíblemente cálido. El deseo
de tocar, de abrazarlo, comenzó a circular en mis pensamientos desordenados y
entrelazados.
Con mi mente en un estado de fiebre confusa, abrí la
bolsa que cubría mi cuerpo y salí, acercándome a la almohada de Kirito.
Aunque Kirito, aun con su rostro enrojecido, no se
encontró con mi mirada; levantó suavemente la tela con su mano derecha.
Mientras me preparaba silenciosamente para entrar a ese
pequeño espacio, pensé en lo molesto que era la falda larga y el delantal
hechos de material rígido. No había ningún motivo para sentirse avergonzado en
este punto, o por lo menos eso pensé en un rincón de mi mente, y abrí la
ventana de mi inventario, retirando rápidamente mi equipamiento. Terminando
solo con una camisa de color azul pálido, ingrese a la bolsa de dormir,
empezando por las puntas de mis pies.
Al hacerlo, un suave y gentil calor envolvió todo mi
cuerpo, creando una sensación de comodidad que podría hacer que mi mente se
desvaneciera. “Quiero sentir más de
esto”. Moví mi cuerpo, acercándome más a Kirito. Aferrada a su torso
superior, nuestros cuerpos se entrelazaron desde nuestros tobillos hacia abajo.
Kirito comenzó a colocar sus brazos alrededor de mi
cuerpo, con una apariencia algo temerosa. Con mi rostro presionado sobre sus
hombros, susurré débilmente.
— Mas… abrázame más fuerte…
Pude sentir la fuerza de sus brazos mientras me abrazaba.
Enviando conmociones que nublaban mi mente.
— Ah…
Incapaz de evitarlo, solté un profundo y largo aliento.
Esto es verdaderamente calor humano.
Finalmente sentí que entendía lo que siempre había
anhelado desde que vine a este mundo, ese deseo persistente en un lado de mi
corazón.
Esto es un mundo virtual, no importa cuántas veces lo
intente, mi cuerpo real se quedó atrás, lejos de mi alcance. Reconociendo ese
miedo, continúe con mis metas uno tras otro, dedicándome desesperadamente a mi
trabajo. Forjando espadas y expandiendo mi tienda; me convencí de que esta era
mi realidad.
Pero siempre he pensado profundamente, que todo eso era
falso. Que se trataba simplemente de datos. Eso es lo que anhelo, el verdadero
calor humano.
Por supuesto, el cuerpo de Kirito también estaba
compuesto por datos. Esta calidez que me envolvía, no era más que señales
eléctricas que eran enviadas a mi cerebro.
Sin embargo, finalmente me di cuenta que eso no
importaba. Cualquier parte de mi corazón podía sentir independientemente si es
el mundo real o un mundo virtual, el cual era mi única realidad.
Comencé a desvanecerme en el calor desprendido por el
corazón de Kirito. No podía sentir donde finalizaba mi cuerpo, solo sentía la
opresión de mi corazón guiando mi conciencia.
Sabía sobre la opción de cancelar el “Código de Ética”.
Creo que hubiera aceptado si Kirito lo pidiera, pero ya no había necesidad de
eso. El pulso electrónico fluctuante entre los dos hizo que la brecha de
nuestros corazones llegue a cero.
— Más… tócame más…
Cada vez que las manos de Kirito se movían, provocaban
que mi mente se nublara. La calentura que envolvía mi ser se intensifico
constantemente.
— ¡…….!
Sin previo aviso, mis ojos, que deberían de haber estado
firmemente abiertos se cerraron lentamente. Mi conciencia se desvaneció en un
instante, haciendo que caiga en una oscuridad brillante.
Incluso la respuesta de que si caía en un profundo sueño,
o en un desmayo, me eludió.
✚✚✚✚✚✚✚✚✚
Un aroma refrescante que era llevada por el viento
cosquilleó mi nariz, y lentamente abrí mis ojos.
Mi alrededor estaba inmerso de un brillo blanco. Al
parecer el amanecer había llegado sin que me diera cuenta. La luz de la mañana
relucía incesantemente fuera de las paredes de hielo. Haciendo que el montón de
nieve de la cueva brillara.
Cambiando mi visión, vi una olla encima de una pequeña
fogata, del cual salía vapor. Parecía ser la fuente del aroma. Delante de la
fogata había una persona vestida de negro, cuyo rostro solo podía verse desde
un lado. Parecía que con tal solo ver esa figura, una pequeña llama estallaba
en mi pecho.
Kirito volteó hacia atrás y con una ligera sonrisa dijo.
— Buenos días.
— Buenos… días…
Contesté. Cuando me puse de pie, Kirito apartó la vista
con una expresión de asombro. “¿Qué
sucede?”, me preguntaba aun soñolienta, pasé a mirar hacia debajo de mi
cuerpo, en el que no tenía nada puesto, solo una simple camiseta.
— ¡Kyaa!
Rápidamente me deslice en las sabanas en medio del
pánico, por ultimo recordé lo ocurrido anoche. “Ya veo... entré en esta bolsa de dormir de Kirito… nos abrazamos… y
luego…”
Mi rostro se enrojeció notablemente, enterrando incluso
mi cabeza bajo la bolsa de dormir, esperando que esta vergüenza se disipara.
Habiendo calmado mi corazón de alguna manera, saque mi
rostro de la bolsa y eché un vistazo a Kirito, el también miraba a lo lejos con
sus mejillas enrojecidas. Algo animada por esa mirada, me las arreglé para
hablar después de varios intentos.
— Bueno… bueno, lo de anoche fue…
Murmure en ese punto. No pensé que sería capaz de expresar
esa experiencia en palabras.
— No, no es nada… soñé un sueño maravilloso.
Fue lo que dije.
— Ya veo… yo también.
Kirito respondió brevemente, vaciando el contenido de la
olla en una taza, antes de ofrecérmela.
— Ah, un momento.
Abrí mi inventario, rápidamente me puse la ropa y salí de
la bolsa de dormir. Sentándome a la derecha de Kirito, acepte la taza.
Tenía un aroma floral, de menta; una especie de té que no
había bebido antes. Lentamente bebí un sorbo a la vez, haciendo que mi corazón
se calentara.
Sentada al lado de Kirito, lo mire fijamente, nuestros
ojos se encontraron por un instante, pero ambos evitamos nuestras miradas. Por
ese corto momento, nada más que los sonidos de nosotros dos bebiendo té
resonaba dentro de la cueva.
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